Un grupo de cráteres nunca antes vistos en la Tierra ha sido descubierto en el estado estadounidense de Wyoming, según un nuevo estudio.
El estudio, titulado Cráteres secundarios en la Tierra: el campo de cráteres de impacto de Wyoming, se publicó la semana pasada en el Boletín de la Sociedad Geológica de América.
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El descubrimiento se realizó en un área de 40 km por 90 km que los científicos llaman Campo del Cráter de Impacto de Wyoming, en las afueras de las ciudades de Casper y Douglas.
Según el equipo de investigación, compuesto por científicos estadounidenses y alemanes, se cree que el campo de varias docenas de cráteres se formó a partir de algún tipo de impacto poderoso hace unos 280 millones de años.
Los científicos también parecen creer que los 31 cráteres, que miden entre 10 y 70 metros de diámetro, son «cráteres secundarios» que se originaron a partir de un cráter primario más grande.
Según el estudio, los cráteres secundarios desconcertaron a los investigadores porque, si bien contenían «características de choque coincidentes», les faltaban reliquias de meteoritos.
Sin embargo, los investigadores creen que potencialmente podrían haberse formado a través de «eyección», o material expulsado, del cráter principal.
«Las trayectorias apuntan a una sola fuente y muestran que los cráteres se formaron por bloques expulsados de un gran cráter primario», dijo el líder del proyecto, Thomas Kenkmann, profesor de geología en la Universidad de Freiburg, Alemania.
También es desconcertante que los cráteres secundarios generalmente se encuentran en cuerpos celestes como la Luna y Marte porque contienen atmósferas de cero a delgadas, por lo que encontrarlos en la Tierra, que tiene una atmósfera espesa, es un hecho extraño y raro.
“Aquí, por primera vez, se proporciona evidencia de que fue posible la formación de cráteres secundarios en la Tierra”, señalan los científicos en el estudio.
«Los cráteres secundarios alrededor de cráteres más grandes son bien conocidos de otros planetas y lunas, pero nunca se han encontrado en la Tierra», dijo Kenkmann.
Los cráteres de impacto secundarios se diferencian de los cráteres primarios en que poseen menor profundidad, así como patrones en forma de rayos.
El equipo de científicos explicó en el estudio que utilizaron satélites, drones, trabajo de campo geológico, análisis microscópico y modelos para recopilar sus datos.
Como posible próximo paso, el equipo propuso un «estudio geofísico integral de la cuenca profunda del norte de Denver» para ubicar el cráter principal.
También alentaron a la industria de exploración de hidrocarburos a “apoyar y acompañar activamente la búsqueda del cráter primario y reportar eventos inusuales”.
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